miércoles, 1 de abril de 2020

Coronavirus y el agro

En primer lugar hay que hacer referencia a la cuestión sanitaria, esta enfermedad declarada pandemia por la OMS indudablemente está golpeando muy fuerte a la población mundial, y sin haber algún tipo de vacuna o medicamento especifico aún, tampoco sabremos con certeza su duración.
La mayoría de los países han tomado medidas preventivas importantes de aislamiento social, de acuerdo a los distintos gobernantes estas regulaciones son más o menos flexibles siempre anteponiendo la salud por sobre la economía. Indudablemente durante y después del coronavirus el mundo va a cambiar, hay y habrá riesgos sanitarios y asimismo economías destruidas, hay que ser inteligentes y encontrar un punto medio.
En este momento de la pandemia, la mayoría de los mercados mundiales están en baja, hay una menor demanda de productos de todo tipo, caída de exportaciones y claramente economías en riesgo. Solo el tiempo nos dirá de qué forma se van a recuperar de esto, o no, los países. En cuanto a productos del agro hay que prestar atención a las demandas de granos, carnes, cueros, lanas, frutas, etc.           
Hay un sector que no se puede detener, el agro es el encargado de alimentar al mundo, todos los países deben brindar seguridad alimentaria. A las personas les corresponde tener acceso a los alimentos para cubrir sus necesidades nutricionales básicas. Por esta razón, en condiciones restrictivas de circulación de la gente, están exceptuadas las actividades vinculadas con la producción, distribución y comercialización agropecuaria. Todos los eslabones integrantes de la cadena alimentaria tienen que tener un normal funcionamiento, del primero al último. Hago especial hincapié en esto, porque las personas que están fuera del sector agropecuario no tienen porque saberlo, pero es de suma importancia para nuestra sociedad.
El personal rural y de la industria alimenticia debe seguir trabajando, extremando los cuidados para prevenir los contagios, pero hay que asegurar que los alimentos lleguen a nuestros hogares. Existen producciones agropecuarias puntuales como por ejemplo la lechería y los engordes de animales a corral tipo feedlot que requieren de tareas diarias de alimentación y sanidad. También hay que mencionar las actividades de siembra y cosecha de cultivos extensivos y forrajes, y las producciones de frutas y hortalizas.
Por último, es importante resaltar el efecto ambiental positivo que está causando indirectamente esta pandemia. En el mundo, la situación de aislamiento de personas, la disminución de la actividad industrial, el menor tráfico terrestre y aéreo, están provocando, para bien, la recuperación de distintos ecosistemas y la baja emisión de gases efecto invernadero. Hay que tomar nota de esto, y saber cómo afrontar la vuelta al funcionamiento normal de todas las actividades que causan riesgos medioambientales.
Innegablemente estamos afrontando una “guerra” contra esta enfermedad, pero además tenemos que pensar en cómo enfrentar una “postguerra”…


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