A continuación se detallan las posibles materias primas de
origen vegetal que se producen a mayor o menor escala en Chubut, para una
potencial elaboración de alimentos balanceados para el consumo animal.
Grano de Maíz: Los trabajos sobre el cultivo de maíz en la provincia
del Chubut fueron iniciados en Gaiman en los años 1981 y 1982; y se continúan a
lo largo de más de 30 años, ya que se ensayaron distintos tipos de densidades
de siembra, fertilizaciones, aplicaciones de herbicidas, épocas de siembra, uso
de semillas de distintos ciclos y germoplasmas. La calidad del grano de maíz
está determinada principalmente por la estructura y composición del grano. Las
diferencias dependen del cultivar así como de las prácticas de manejo, el
clima, el suelo y los métodos de cosecha y pos-cosecha. En nuestro valle la
producción total del cultivo de maíz se destina en mayor porcentaje al picado y
una menor proporción a grano. Los rindes promedios que se obtienen en las
parcelas experimentales que se realizan en chacras bajo riego de productores
son de 70 a 80 quintales de maíz picado planta entera, y si se destina a
cosecha de grano se logran 13 a 15 quintales por hectárea.
Grano de Cebada: Tiene un contenido energético similar y a veces hasta
superior al del maíz con un alto potencial de respuesta productiva. Sin ser un
suplemento proteico, presenta tenores de proteína altos entre los granos de
cereales. Es también deficitario en minerales. Su endosperma harinoso puede ser
totalmente utilizado en rumen, representando esto un alto riesgo de acidosis
clínica o sub-clínica en condiciones de manejo poco controlado. En este caso es
aun más imperioso fraccionar las oportunidades de suministro en al menos tres,
cuando se ofrezcan más de 5 kg por animal al día.
Grano de Trigo: Tiene como característica sobresaliente la alta
digestibilidad y su alto valor nutritivo, es el cereal más rico en proteínas,
pero resulta deficiente en lisina y treonina. No es utilizado con frecuencia ni
en cantidades considerables en la elaboración de alimentos balanceados, por su
elevado costo y disponibilidad en el mercado, además porque en grandes
cantidades puede producir desarreglos digestivos y estados congestivos. En la
práctica es aconsejable que no sobrepase el 37% y se utilice mezclado con otros
cereales como cebada o avena.
Grano de Avena: Es otro recurso que puede ser utilizado convenientemente,
tiene un valor energético inferior a los cereales clásicos, en virtud de la
presencia de las glumas que recubren la semilla. Estas estructuras son ricas en
fibra lignificada que “diluyen” el valor energético del grano. Aventaja al
trigo porque su composición en aminoácidos es mejor, aunque su contenido en
proteínas es menor.
Grano de Sorgo: Es un cereal que presenta características intermedias
entre el maíz y el trigo, su valor alimenticio esta cerca del 90% de la del
maíz así como es el menor en contenido proteico respecto al maíz. Es muy
importante tener en cuenta el nivel de contenido de taninos de los cultivares a
utilizar ya que estos reducen notablemente la digestibilidad y palatabilidad
del concentrado elaborado. La presencia de taninos condensados en la estructura
externa del grano de sorgo es una limitante importante para la utilidad del
sorgo como materia prima para la elaboración de alimentos balanceados. Estos
taninos son compuestos polifenólicos que forman un complejo con la proteína,
así, de esta manera no permiten su asimilación y aprovechamiento por parte del
animal, para la ganancia de peso.
Heno de Alfalfa: La mayor parte de la producción de alfalfa en los valles
de Chubut se destina a la henificación, y en menor proporción al pastoreo
directo. En el VIRCh se realizan en promedio tres cortes en cada ciclo anual
primavero-estival, obteniendo en promedio histórico de la zona 350
fardos/ha/ciclo, en un esquema de producción bajo riego. El heno de alfalfa es
una fuente de fibra clave en los sistemas ganaderos, se destaca por su alto
valor proteico y energético, permite equilibrar las dietas. Además, su textura
y palatabilidad permite un correcto funcionamiento ruminal. Si se cosecha el
forraje con abundantes hojas, será un insumo de alto valor proteico, disminuyendo
la necesidad de proteína extra. El momento ideal de corte es cuando el cultivo
se encuentra en 10% de floración, pero es común que se realice en estadios
fenológicos inadecuados para priorizar la cantidad de pasto, en contraparte de
la digestibilidad y la cantidad de proteína. La calidad promedio de la alfalfa
en el VIRCh es muy baja en relación a su potencial nutricional y en gran medida
es consecuencia de la comercialización que normalmente se realiza por volumen
(fardo y rollo) en lugar de calidad, el 65% del valor nutritivo del heno de
alfalfa está en la hoja.
Conclusiones: Cabe
destacar que hoy por hoy se encuentran en la provincia una importante cantidad
de alternativas viables de materias primas posibles, para una combinación
óptima de componentes para la elaboración de distintos alimentos balanceados en
esta zona, deseados y necesarios para la alimentación animal. Así mismo, hay
que tener en cuenta que todas estas materias primas a nivel productivo en el
presente no se ven completamente desarrolladas, si se piensa en una comparación
con la potencialidad productiva de esta zona bajo riego. La nutrición animal a
base de alimentos balanceados año a año va cobrando una mayor importancia en
Patagonia, ya que se ve necesario la utilización de éstos para hacerle frente a
las distintas desventajas que se presentan al llevar a cabo una producción
animal en forma extensiva o intensiva en esta zona, encontrándose como las
variables más influyentes el tipo de clima reinante y los costos de producción
que siempre son mayores a cualquier otra región del país. Los alimentos
balanceados en esta provincia no solo se utilizan para la nutrición animal en
producciones intensivas, del tipo feedlot, en zona de valles, sino también en
producciones extensivas típicamente ovinas de Patagonia, ya que se ve
necesario, cada vez más, complementar manejos tradicionales de aprovechamiento
del pastizal natural por parte de la hacienda lanar con prácticas de
suplementación estratégica con concentrados, para la subsistencia y desarrollo
de las distintas categorías ovinas existentes en estos establecimientos
ganaderos.