jueves, 11 de noviembre de 2021

Volvamos a la oveja

Es momento y es necesario plantearnos y afrontar una importante crisis de una de nuestras principales actividades productivas en la provincia. El stock ovino se ha ido reduciendo fuertemente en las últimas décadas, y la recuperación futura se verá muy comprometida si no se planifica y ejecuta de forma eficiente un programa ganadero en conjunto para revertir la delicada situación que sufre esta economía regional. Chubut supo tener 7 millones de cabezas ovinas y hoy solo tiene alrededor de 2 millones, es primordial trazar las posibles causas y potenciales soluciones.
Degradación de los pastizales naturales, agravado por largos periodos de sequia y fenómenos como la ceniza volcánica. Altos costos de producción y un creciente número de establecimientos por debajo del umbral de rentabilidad. Una insuficiente difusión y adopción de las tecnologías disponibles para mejorar la producción, el manejo y la recuperación de los recursos naturales. Un aumento de la cantidad de campos desocupados con consecuencias productivas y sociales aparejadas, con efectos de proliferación de fauna autóctona y depredadores silvestres y asilvestrados y una falta de personal en cantidad y capacidad para los respectivos controles.
Estos aspectos claves claramente han influenciado no solo de forma negativa en el crecimiento y desarrollo de esta actividad en la zona sino también en su subsistencia. Se requiere de un trabajo en conjunto tanto del sector privado como el sector público, de nada sirve tomar iniciativas productivas a gran escala si no se cuenta con el apoyo de las partes intervinientes.
Un manejo integral para buscar la eficiencia productiva de los establecimientos debe ser prioridad. Las principales problemáticas dentro del sector han sido identificadas ya hace varias décadas, ejecutar programas para la recuperación de los pastizales, control de predadores y manejo del guanaco son decisiones productivas que no pueden esperar más en nuestra provincia.
La oportunidad existente y a la vez futura para una mayor comercialización al exterior de carne ovina patagónica resulta promisoria, pero implica estrategias no sólo de mercado sino también del progreso de las existencias ovinas. El mercado internacional actual de lana se encuentra estable y con valores aceptables luego de la pandemia con respecto a los promedios históricos, pero asimismo hay que pensar en una evolución incierta de la demanda mundial de lanas. 
Es una buena alternativa pensar en manejos ovinos semi-intensivos en determinados periodos críticos nutricionales (servicio y parición) e incorporar paulatinamente a los planteles biotipos multipropósito.
Planteos de suplementación estratégica surgen beneficiosos en Patagonia con situaciones como las actuales de extensos ciclos de déficit hídrico. Las interacciones entre las zonas de alta productividad como los valles bajo riego y las zonas de secano con mínimos recursos tienen que tender a ser mayores, pensar conjuntamente las necesidades ayuda a direccionarse a ser más eficientes productivamente.
Para lograr revertir ésta tendencia negativa no sólo hay que esperar promedios de regímenes de precipitaciones más favorables para producir, sino igualmente activar en conjunto y ordenadamente herramientas favorables para el desarrollo ovino. El disponible financiamiento productivo es escaso y en general de dificultoso acceso. La previsibilidad para producir debe ser mayor, impuestos en demasía quitan recursos para invertir, el sector necesita prontamente reglas claras que incentiven a la inversión productiva.