El momento de nuestras lanas en los mercados se ve
beneficioso y auspicioso, debemos ser inteligentes y eficientes en el manejo
ganadero ovino para poder aprovechar esta circunstancia. Este año se han
producido valores de venta muy aceptables de lanas preparto merino de excelente
calidad, algunos lotes con precios record mayores a los 7 dólares.
La lana en el mundo se ha transformado en un producto con un
nicho comercial relativamente pequeño, pero con una demanda constante por lo
menos hablando de lanas con finuras menores a los 22 micrones. En
contraposición, hay que remarcar que las lanas cruza fina y cruza por el
momento tienen una baja demanda y tampoco sus precios son buenos.
Según la FLA (Federación Lanera Argentina), para la zafra
2017/2018 se estima una producción de 42.400 toneladas de lana en todo el país,
siendo la provincia de Chubut la de mayor producción con 14.000 toneladas de
lana sucia, seguida por Santa Cruz con 7.700. Estas provincias tradicionalmente
productoras ovinas, están recuperando sus stocks laneros luego de varios años
de pérdidas de existencias ovinas por causas principalmente climáticas.
La mayor producción mundial de lana la tienen Australia y
China, aproximadamente estos dos países producen en total el 40%, Argentina
solo produce el 2,2%. Las lanas de nuestro país se exportan en un 95%, el 52,5%
sale peinada, el 5,5% lavada, el 34,7% sale como lana sucia y un 7,3% como
subproductos industriales.
Remarcando el punto de ser eficientes en la producción
ovina, se nota que la demanda mundial de lanas avanzó en cuestiones más
exigentes en relación al origen del producto. Pautas de bienestar animal en los
principales trabajos como el arreo de la hacienda, la esquila, el descole y la
señalada cobran mayor importancia. Por otro lado también apuntar a distintos
tipos de normas de certificación de lanas produce algún beneficio económico a
la hora de vender el producto.